La restauración del atrio de la Cartuja de las Fuentes le devuelve sus colores y dimensiones originales

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El estado de ruina y abandono que presentaba la Cartuja de las Fuentes cuando la Diputación Provincial de Huesca la adquirió en 2015, ha cambiado radicalmente. Desde entonces se han realizado 3 fases, en las que se han llevado a cabo labores de limpieza y desbroce del entorno y se han ejecutado obras de reparación principalmente en la cubierta de la iglesia y el campanario. Dentro de la cuarta fase se enmarca la restauración del atrio de la iglesia, “la puerta de entrada al edificio principal ha cambiado radicalmente y, con ella, la impresión que el visitante se lleva no solo de esta infraestructura, sino del conjunto en sí” explica Elisa Sancho, Vicepresidenta de la Diputación Provincial de Huesca.

Este martes ha tenido lugar el acto de entrega de estas obras, realizadas por la empresa Albas Tierz Constructora de Sariñena por 68.094 euros durante los últimos cuatro meses. Elisa Sancho ha destacado que “gracias al descubrimiento de la policromía original, el atrio ha recuperado los colores con los que fue pintado en un primer momento”. Además, se han mantenido los agujeros de disparos realizados alrededor de la figura de Nuestra Señora de Las Fuentes durante la Guerra Civil, cuando el monasterio fue utilizado como cuartel tanto por el bando nacional como por los republicanos.

La arquitecta de la Diputación Provincial de Huesca, Laura Puyal, ha explicado que los trabajos se han centrado en tres partes: en el conjunto arquitectónico, recuperando su dimensión original mediante la demolición de dos tabiques que separaban el atrio de las galerías laterales; en la puerta de acceso a la iglesia, donde se han eliminado elementos ajenos y se han llevado a cabo tratamientos tanto de la madera como de los elementos metálicos; y en la imagen de Nuestra Señora de La Cartuja de las Fuentes, en la que se ha hecho una limpieza en profundidad, consolidación de soportes y morteros, fijación de policromía y eliminación de sales. Y ha apuntado a que “debido al clima extremo de Los Monegros y a las nieblas tan densas en esta zona durante el invierno, ha sido muy importante el trabajo realizado para eliminar humedades tanto de los muros como de la madera de la puerta de entrada a la iglesia”.

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